bajo el humo

Cuando lo conocí estaba lastimada
Y poco y nada me importaba su mirada.
Al calor del humo de algo parecido a un cigarro,
dejé caer mis palabras y, sin querer lograrlo,
con mi ánimo gris y mi descaro indiferente…
capté la atención del futuro indolente.

(quien lo hubiera dicho,
quien me hubiera avisado,
tal vez algunas lágrimas me hubiera ahorrado)

Me dejé guiar esperando curación
y casi sin darme cuenta lo volví ilusión.
Entonces, me supe perdida…
(en su propio lecho, soñé mil huidas)
Él, abriéndome el pecho con sus manos dormidas,
yo, devolviendo con besos sus caricias mentidas.

(quien lo hubiera dicho,
quien me hubiera avisado,
tal vez hoy día otro agarraría mi mano)

Ahora se va, no quiere el tiempo perder…
No me quiere lastimar, él no me quiere querer.
Yo me quedo mirando y pienso, entre risa y llanto amargo:
quizás el sábado, bajo el humo de algo parecido a un cigarro,
encuentre otro que otra vez me quite el gusto feo
(para devolverlo al mes, cuando se vaya de nuevo).

(quien lo hubiera dicho,
quien me hubiera avisado,
no se si puedo seguir, aún lo quiero a mi lado)

escuchame

Quiero que me escuches. 
Pero que me escuches de verdad, 
que, además de abrir tus orejas, despejes tus neuronas, 
las despiertes una por una, 
les des un cafecito (no muy fuerte) 
y hasta una cachetada a las que estén más distraídas. 


Quiero que me mires cuando te hablo, 
pero que me mires sin mirar a otro lado, 
que no fijes la mirada en un punto fijo, 
que te fijes en mí, pero bien fijado. 


Quiero que te relajes, 
que tu respiración baje hasta tus testículos, 
que cada músculo de tu cuerpo suspire. 
Y, otra vez, quiero que me escuches, 
que mis palabras ingresen a tu tubería y llenen cada espacio, 
que se instalen,  que hagan campamento. 


Quiero que las dejes un tiempo ahí 
y que recién después de convivir con ellas 
decidas si les querés dar una pieza o las querés echar.
Quiero tu silencio atento y tu piel depierta.


¿Listo? ¿Estás a punto?


A veces me hacés bien. Pero no todo el tiempo, así que dejá de creerte que estoy enamorada de vos.

como dos extraños

Se reencuentran.
Comen, 
se besan,
cogen.
Al otro día se levantan,
desayunan
y escuchan la radio:
suena “Como dos extraños”.
Eso sí que es extraño.
Hay casualidades o causalidades,
pero cuál es la relación que guarda el azar con la programación de una radio?

los agujeros

Los agujeros, la clave está en los agujeros.
Lo acabo de descubrir.
Agujeros negros, huecos en la tierra, misterios;
agujeros de sentido, baches de conciencia, pedazos que faltan;
lugares para llenar, para rellenar, espacios vacíos para completar;
piezas q no están, recuerdos olvidados, palabras perdidas;
la muerte;
la ignorancia;
lo que será, lo que no fue;
lo que no se me ocurre y lo que no me ocurre;
todo lo que no veo, lo que no toco, lo que no escucho.
Lo que no soy.
Todos los agujeros son lo que me importa,
ahí está el deseo.

la teoría

Mirá si las pequeñas cosas influyeran en las grandes. Mirá si tener el reloj atrasado te hiciera llegar tarde a una conclusión, uno adelantado no te permitiera disfrutar de una comida o una compañía y uno en punto te calmara la ansiedad. Mirá si cada cosa que eligieras modificara de formas imperceptibles todas las demás.

Un día charlando con una amiga se me ocurrió, mi reloj estaba atrasado y por casualidad venía sintiendo que llegaba tarde a todo. 
Un mes después perdí ese reloj en la arena.